Toda biografía, por humilde que sea, contiene su
propia época. La biografía de Juan Bautista Loustau, personaje
casi desconocido, aunque no humilde, también es
reflejo de las vicisitudes de una época concreta, la segunda
mitad del siglo XVIII y el final del Antiguo Régimen. Y
curiosamente, podemos apreciar un paralelismo entre las
vivencias de Loustau y la evolución de la monarquía española:
en efecto, a mediados de los años 60 del siglo XVIII
ambos presentan una situación de relativa prosperidad y
perspectivas de progreso, pero a medida que transcurren
los años y en particular desde la muerte de Carlos III en
diciembre de 1788, los acontecimientos se precipitan y
tanto la monarquía española como la vida de Loustau acaban
en la más humillante decadencia y extinción.
No es objeto de este trabajo analizar las causas de la
decadencia de la monarquía española de finales del siglo
XVIII, pero algunos aspectos de la biografía de Loustau
nos permitirán intuir las de su decadencia y ruina.
A través de la abundante documentación producida
por los numerosos pleitos que mantuvo Juan Bautista
Loustau, podemos vislumbrar la personalidad de este
vinarocense, que en numerosas ocasiones proclama su
patriotismo valenciano y español (su trabajo nº 10 lo titula
“Reino de Valencia, mi patria”), posiblemente para
contrarrestar que lo calificasen de francés, pese a haber
nacido en Vinaroz. Quizá su obstinada litigiosidad fue
una reacción defensiva ante el probable rechazo que su
condición de “medio francés” y “avanzado” producía en
la sociedad vinarocense, firmemente anclada en la más
arcaica tradición. También pudo influir en él una cierta
hostilidad de la sociedad vinarocense, por la marcada endogamia
de la familia Loustau: en efecto, Juan Bautista
casará con una mujer originaria de Oloron como su padre,
su hermana Mª Francisca con Juan Belagarda,
también originario de Oloron, su hermana Casilda con
Pedro Miramon, también de Oloron y Mª Carmela
con Juan Nogueres natural de Sivrase, población del
obispado de Oloron.
